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Taller concertado o de confianza: Una nueva fuente de problemas
Si sufre un accidente de tráfico posiblemente su seguro le invite a llevar el coche a un taller concertado o de confianza. Descubra por qué es una mala idea
Hoy vamos a abordar en Abogado Accidente Tenerife los problemas asociados a la reparación de nuestro coche en un taller concertado o de confianza, y hasta qué punto la elección del profesional que se ocupará de nuestro vehículo puede tener incidencia en cuestiones en apariencia tan poco conectadas como la indemnización por lesiones o la rehabilitación.
Pero empecemos explicando lo que es un taller concertado o de confianza, para lo que si me permiten utilizaré un ejemplo:
Supongamos que sufro un accidente de tráfico del que resulta responsable otro coche, y a consecuencia del cual mi vehículo acaba con una serie de daños y yo con lesiones. Una vez presento ela declaración de accidente, mi seguro y el contrario aplican un convenio. La consecuencia de este convenio es que mi propia aseguradora pasa a ser la que se ocupe de peritar y reparar mi auto. Obviamente, como cliente yo tengo derecho a acudir a cualquier taller, desde el más pequeño hasta la casa oficial. Es entonces cuando nuestro seguro nos invita a llevar el coche a uno de sus talleres concertados o de confianza.
¿Y por qué?
Pues muy sencillo: Porque estos talleres se comprometen a reparar el coche por menos precio, lo cual en no pocas ocasiones se traduce en que las piezas en lugar de sustituirse por otras nuevas se reparen.
Por supuesto, a quien le interesa que acudamos a un taller de confianza es a nuestro seguro, que por obra y gracia de un convenio con la otra aseguradora ha pasado de ser nuestra compañía a convertirse en la contraria. Eso sí, nos venderán esa posibilidad como si entrañara una gran ventaja para nosotros. La más habitual de las estrategias se encierra en una frase similar a ésta:
– Si lleva su coche a un taller concertado o de confianza, no hará falta peritarlo y se procederá a su reparación desde el primer momento con cargo al seguro.
Accidente de baja intensidad: la cuadratura del círculo
Pero si ya de por sí el hecho de que nuestro vehículo no sea reparado de forma adecuada debería ponernos en alerta sobre una parte significativa -con algunas honrosas excepciones – de los talleres de confianza de las aseguradoras, todavía la cosa puede llegar más lejos. Y para muestra, les contaré lo que les aconteció hace pocas semanas a unos clientes de nuestro despacho de Abogados en Tenerife:
Este matrimonio sufrió un accidente de tráfico -una colisión trasera- a raíz del cual resultaron con daños materiales y personales. Dieron el parte a su seguro, que procedió a ofrecerles la posibilidad de llevar el coche a un taller concertado o de confianza. Accedieron, y se procedió a reparar -mal, por lo que manifestaron los clientes- el vehículo. La factura de reparación que el taller extendió a la aseguradora (esto lo supimos después) ascendió a 235 euros.
Pocos días después de contratar nuestros servicios, nos llaman los clientes para decirnos que su seguro (el mismo que les había llevado a su taller de confianza) rehusaba hacerse cargo de la rehabilitación del matrimonio alegando que se trataba de un accidente de baja intensidad. Dicho en pocas palabras, se entiende por tal aquél en que los daños del coche son tan pequeños que hacen improbable -a juicio de las aseguradoras- que los ocupantes del mismo hayan resultado con lesiones.
Total, que les tocó a estos clientes pagar su propia rehabilitación, en la confianza de que la aseguradora contraria les reintegrada dicho gasto conjuntamente con sus lesiones. Mas -tal como ya se estarán imaginando- cuando enviamos la reclamación, el seguro contrario nos remitió una respuesta motivada alegando que no procedía pago alguno por tratarse de un siniestro de baja intensidad, tal como acreditaba el hecho de que la reparación del coche en que viajaban los lesionados a duras penas superase los doscientos euros.
Tuvimos que acudir a juicio, como es natural, y en el transcurso del cual solicitamos que por la aseguradora propia se aportase el peritaje del vehículo. En el mismo, efectivamente, se desglosaban los trabajos efectuados (enderezar el paragolpes trasero, raspar unas abolladuras, pintar la zona afectada…) pero hete aquí que hacia el final del peritaje aparecía el valor de las piezas que deberían haberse sustituído. No sé si se pusieron ahí para que la aseguradora supiese lo que se estaba ahorrando al llevar el coche a un taller concertado, pero el hecho cierto es que pudimos acreditar que si las piezas en lugar de repararse se hubieran sustituido la reparación habría superado los mil quinientos euros.
En este caso hubo suerte y los clientes recuperaron los gastos de rehabilitación y cobraron la indemnización que les correspondía, pero sirva este caso como aviso para navegantes: no dejen que su seguro elija por ustedes el taller donde han de reparar su coche.
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