La culpa de la víctima en un accidente de tráfico
Cuando nos referimos a culpa de la víctima en un accidente de tráfico con lesiones no sólo estamos pensando en aquellos siniestros que se han producido por la negligencia de ésta, sino aquéllos en los que su comportamiento ha agravado o producido el daño lesivo.
Sin responsabilidad de un tercero no hay indemnización. Un ejemplo claro de ello es cuando sufrimos un accidente nosotros solos, sin intervención de ningún otro vehículo y sin poder achacar el siniestro al mal estado de la carretera o a las condiciones climatológicas adversas. Por lo tanto, determinar la culpa de la víctima en un accidente de tráfico es vital para saber si ésta tendrá derecho a cobrar del seguro.
La culpa de la víctima, como veíamos en el ejemplo anterior, puede venir referida a la dinámica del accidente. Sería -por ejemplo- ese conductor que se salta un stop y tras ser colisionado por otro coche resulta con lesiones. Obviamente en un caso como éste el lesionado no tendría derecho a cobrar indemnización alguna, salvo que acredite que el otro conductor también cometió una infracción (por ejemplo, conducía con exceso de velocidad) en cuyo caso podríamos estar hablando de una compensación de culpas y tendríamos en todo caso derecho a un porcentaje respecto a la indemnización que realmente nos correspondería.
Pero la culpa de la víctima en un accidente de circulación puede venir referida no a la producción de éste, sino a las consecuencias lesivas. Veámoslo con dos ejemplos: si voy de ocupante en un coche sin hacer uso del cinturón de seguridad y tras una colisión -da igual si la culpa de la misma la tiene nuestro conductor o un tercero- y a resultas de no portar el cinturón mi cara se estrella contra la luneta delantera, está claro que las lesiones se han producido por mi negligencia, ya que de haber llevado los sistemas de protección adecuados no habría habido ninguna consecuencia en forma de lesiones hacia mi persona. Más complejo resultaría si alguna de las lesiones producidas realmente sí se hubieran producido aunque llevara el cinturón de seguridad, y lo más probable es que se aplicara también una reducción porcentual de la indemnización.
Hay algunas sentencias más polémicas en este sentido, y que también ahondan en el concepto de la culpa de la víctima en la producción de un resultado lesivo. Una de las más recientes hace mención al siguiente accidente: un grupo de jóvenes salen de fiesta y cogen el coche. El conductor, que posteriormente daría positivo en el control de alcoholemia, pierde el contros del vehículo, que vuelca, y sus ocupantes resultan con lesiones. La sentencia reduce considerablemente la indemnización de dichos ocupantes, basándose en el hecho de que ellos debían ser conocedores de que el conductor no se hallaba en condiciones para conducir. Podemos plantearnos hasta qué punto un ocupante puede tener la obligación -y los medios- para detectar que su conductor reune o no las condiciones para conducir, pero el hecho a reseñar es que como ven la culpa de la víctima en su sentido más amplio puede recortar o incluso hacer peligrar la indemnización por lesiones en accidente de tráfico.