Demandar a mi seguro

Demandar a mi seguro por incumplimiento

Cuando resultamos con lesiones en un accidente de tráfico tenemos más o menos asumido que deberemos denunciar al conductor culpable del siniestro y a su aseguradora, pero bajo determinadas circunstancias si considero que mi propia compañía está incumpliendo con sus obligaciones puedo verme forzado a demandar a mi seguro.

quiero demandar a mi seguro por accidente de tráfico en Tenerife

Acudía hace unos días a nuestro despacho un cliente a quien le estamos gestionando la reclamación de indemnización por lesiones en accidente de tráfico, y con semblante serio nos dijo: «quiero demandar a mi seguro«. Y razón no le falta. Déjenme explicarles las tribulaciones a las que se ha tenido que enfrentar (es posible que alguno de ustedes se sienta identificado):

Este hombre -llamémosle Pedro- sufrió un accidente de circulación hace siete u ocho meses. Fue atendido de urgencias en el Hopital Universitario de Canarias, donde se le diagnosticó un latigazo cervical de grado dos (esto es, bastante importante), dolor lumbar y policontusiones. Se le pautó rehabilitación, la cual al tratarse de un tráfico debía realizarse en un centro concertado y con cargo a la cobertura de asistencia sanitaria de la compañía de seguros de Pedro. Dicha aseguradora, tras ser requerida para que autorice la rehabilitación en un centro médico concertado elegido por el paciente, le responde indicando que sólo autorizará la rehabilitación si la misma se produce en un determinado centro médico (conocido por ser barato, poco eficiente y muy obediente con las altas dictadas por los tramitadores de las aseguradoras). Dado que a Pedro no le queda otra opción si quiere ser tratado, acepta ser atendido en dicho centro, donde tras diez sesiones exactas de rehabilitación se le da de alta sin estar curado y sin realizarle ni una sola prueba. Cuando el accidentado quiso pedir explicaciones, el propio facultativo le reconoció que «no estaba para recibir el alta», pero que la aseguradora no les iba a pagar una sola sesión más y que en consecuencia no tenían más remedio que darle el alta.

«Ya en ese momento tenía que haber tomado la decisión de demandar a mi seguro«, nos confesó Pedro, pero en lugar de ello lo que hizo fue acudir a un traumatólogo privado, el cual ante la importante contractura del accidentado -apreciable a simple vista, y de esto puedo dar fe personalmente- solicitó que le fuera realizada una resonancia magnética. Con dicho documento, y dado que Pedro no disponía de dinero para sufragarla, requerimos a su aseguradora para que se hiciera cargo del importe. Todavía estamos esperando la respuesta. Así que el accidentado la pidió vía seguridad social, con la consiguiente demora de tiempo. Dicha resonancia objetivó que pedro tenía una protusión cervical importante de origen no degenerativo (esto es, provocada por un impacto reciente). Con la resonancia volvió al traumatólogo (al de pago, ya que el asignado por la aseguradora debía estar dando el alta precipitada a otros accidentados), y éste le indicó dos cosas: que necesitaba rehabilitación, y que posiblemente no quedaría del todo bien por haber estado sin recibir tratamiento varios meses.

– Quiero demandar a mi seguro sobre todo para que no se lo hagan a nadie más – nos pidió Pedro, mientras espera que la seguridad social inicie la rehabilitación que le niega su aseguradora.

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